Cuando me aplicaron las TIC (Técnicas de Integración Cerebral) en mi proceso terapéutico propio no sabía lo que eran ni había oído hablar nunca de ellas. Tengo vagos recuerdos del procedimiento y de cómo fue, lo que sí se es el motivo de consulta y que tras el tratamiento, ese motivo no volvió nunca más a asustarme. Cada mañana al ir a trabajar en coche me veía a mí misma teniendo un accidente de tráfico y muriendo, solo esa imagen sin entender por qué, como una rutina automática. Tirando de esa imagen a través de la TIC, salieron todas las escenas y momentos pasados asociados a través de mi mapa neuronal, que compartían sensaciones corporales y emocionales y que sustentaban el problema actual.
Años después, trabajando en el servicio público me quise especializar y saber más. Esto supuso una revolución en el sistema de atención saturado: tratamientos más cortos, mejoras rápidas de sintomatologías estancadas, cambios profundos y duraderos… Cosas que al principio asustan como terapeuta que lleva tantos años formándose y aprendiendo de otros modos de tratamiento. Una pasa por momentos de pensar “ésto no puede ser, pero ¿estaremos inventándonoslo?” pero ¿cómo puede haber mejoras tan rápidas en el procesamiento, razonamiento  de información y en la ampliación de las perspectiva de contemplar el mundo?” ¡Y si! ¡Es cierto! Sigue siendo increíble lo poco que conocemos del cerebro, de los campos magnéticos y todo lo que nos queda por aprender a las personas dedicadas al ámbito de la salud.Estos tratamientos apabullan y generan rechazo en terapeutas clásicos, ortodoxos, poco abiertos al trabajo corporal y fisiológico del ser humano. Se trata de un tratamiento creado entre otros por los Drs. Solvey en el que mediante la estimulación visual intercalada mientras se observan imágenes del pasado genera el movimiento de información interhemisférica (pueden usarse unas gafas especiales). Así, el hemisferio derecho (que guarda información emocional y bloqueada por el shock que pudo provocan en su momento un evento) entraría en contacto con el izquierdo y sus recursos cognitivos, lo que ayudaría a reinterpretar el suceso de manera más racional, sin sobrecarga y con mayor calma; sin destruir el recuerdo, se procesa de nuevo sin dolor, de manera más tranquila, para poder aprender de él y comprender mucho de lo que a uno le ha estado sucediendo y sucede actualmente.

Se trata de un procedimiento corto, intenso y profundamente reparador, con beneficios que se notan desde el comienzo, con la reducción de la angustia y liberación de la tensión en la musculatura y fascias, y a medio y largo plazo, con la amplitud de perspectivas y enfoques que es capaz de desarrollar la persona, llevándole a elegir en su vida con mayor libertad.

Combinadas con técnicas como el EFT (Técnicas de Liberación Emocional) resulta también muy flexible, ya que el protocolo, sabiéndolo cuidar y tratar con profesionalidad, permite el trabajo paralelo con todas las ramas de la psicoterapia, lo cual aumenta los recursos de todo terapeuta.  Todo terapeuta que esté, claro, abierto a la atención integral, holística, interdisciplinar y a los últimos avances en neurociencias.

 

Isabel Mochales

Psicóloga

SEN Global Salud